En España la ciudadanía cada vez tiene una mayor concienciación en torno al reciclaje. Según datos aportados por Ecoembes, en 2018 cada ciudadano utilizó el contenedor amarillo un 12,3% más que en 2017 y el contenedor azul un 12,4% más. Pero ¿qué porcentaje de nuestros residuos más comunes (plástico, papel, vidrio) es reciclado realmente?
Cada material tiene sus propias características, así que los veremos por separado. Cabe recalcar que aunque la conciencia respecto al reciclado de materiales ha aumentado, la producción de los mismos sigue en alza. Los ecologistas señalan que la tendencia más sostenible sería aumentar la presencia de envases y materiales que no sean de un solo uso, es decir, que desde casa se puedan reutilizar. El objetivo sería disminuir la necesidad de producción y, por lo tanto, ahorrar energía y materias primas.
El plástico
Existen muchos tipos de plástico y no todos ellos son reciclables, ya que no es posible refundir los materiales que los componen. Para identificar los plásticos reciclables se sigue el Código de Identificación Plástico o RIC (Resin Identification Code). Esta guía los clasifica en 7 categorías principales.
La revista científica Science Advances publicó en 2017 un informe en el que aseguraba que sólo un 9% de los plásticos producidos eran reciclados. El resto permanecían en vertederos, biodegradándose en entornos naturales (un proceso que puede tardar entre 5 y 1000 años) o en fuentes de agua como río u océanos.
Según el último informe del Ministerio para la Transición Ecológica, que data de 2017, en España se generaron más de 1.600.000 toneladas de plástico, de las cuáles se recicló casi un 48%. Hay que tener en cuenta que estos datos salen de los residuos gestionados por las entidades públicas y que resulta casi imposible datar el plástico acumulado de forma ilegal.
El aluminio
El aluminio es el tercer elemento más común sobre la corteza terrestre, suponiendo el 8% de la misma. El problema es que, generalmente, en su estado natural se encuentra mezclado con otros materiales por lo que su extracción requiere un alto consumo energético.
La buena noticia es que el aluminio es totalmente reciclable y puede ser reutilizado de forma ilimitada sin que su calidad se vea afectada. Además, el proceso de reciclado requiere solamente un 5% de la energía que se destinaría a la extracción. Estos ingredientes nos arrojan un porcentaje de reciclado muy alto. Se calcula que el 75% del aluminio fabricado desde hace más de 125 años, todavía está en uso.
Este material, al igual que el plástico, se deposita en el contenedor amarillo.

El papel y cartón
Según el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), más del 40% de la madera procesada se emplea en fabricar papel. Cada año desaparecen unos 93.000 km2 en la selva, un territorio similar al de Portugal.
Volviendo a los datos del Ministerio para la Transición Ecológica, en 2017 en España se produjeron más de 3.700.000 toneladas de papel y cartón. El porcentaje reciclado supuso casi el 75%. Recordamos que este material se deposita en el contenedor azul.
Aunque el proceso de reciclaje de este material no es demasiado complicado y su reutilización supone un ahorro de CO2 muy alto, el papel no permite un reciclaje ilimitado. De hecho, es uno de los materiales que más desgaste sufre durante su tratamiento y solo permite reutilizarse seis o siete veces sin perder calidad. Aún así, si todo el papel virgen producido pasará por el proceso de reciclado hasta su total desgaste, habría una gran bajada en el ritmo de desaparición de bosques y selvas.
El vidrio
Hay que aclarar que, aunque parecen lo mismo, el cristal y el vidrio son diferentes. Un sencillo truco para diferenciarlos es darles un pequeño golpe, si se trata de cristal éste emitirá un toque agudo. El cristal se deposita en el contenedor de restos, que normalmente tiene un color gris, mientras que el vidrio se dejará en los contenedores iglú de color verde.
El vidrio es un material 100% reciclable. En el proceso de reciclado requiere un 26% menos de energía que si se tratara de las materias primas. Además, este tratamiento contamina un 40% menos de agua y reduce un 20% las emisiones de gases tóxicos. Al igual que el aluminio, el vidrio puede reciclarse de forma ilimitada sin perder sus cualidades ni calidad.
En 2017 en España se produjeron casi 1.500.000 toneladas de vidrio. El porcentaje reciclado de este material fue del 72%.