¿Qué es una Lean Startup?

El método Lean Startup, consiste en los procesos que se llevan a cabo desde el inicio de un proyecto hasta que se convierte en una empresa. El objetivo del método Lean Startup es ir adaptando el producto a lo que el mercado demanda, haciendo que sea lo más acertado posible a la hora de lanzarlo.

Uno de los problemas más comunes en el desarrollo de proyectos, es que se basan en suposiciones. En el método Lean Startup esto ya no ocurre, debido a que los negocios son expuestos al mercado real para observar si realmente funcionan.

Este método se enfoca en las necesidades del cliente, teniendo en cuenta sus respuestas para ir modificando el servicio o producto y desarrollar la versión final.

¿Cuál es el origen del  método?

El concepto viene del desarrollo de la metodología Customer Development del emprendedor de Silicon Valley, Steve Blank. Esta metodología consistía en saber si el producto cubría las necesidades y deseos de los clientes.

Más tarde, el alumno de Steve Blank, Eric Ries, quién también era discípulo suyo, lo popularizó en su libro “El método lean startup”, donde pudo darle forma a estas ideas y construir una metodología aplicable a todo tipo de proyectos nuevos.

¿Qué pasos seguir en el método Lean Startup? 

  1. Crear una suposición: en primer lugar, hay que resolver el problema y explicar al cliente el por qué estaría dispuesto a pagar por tu oferta. Para esto podemos realizar una serie de entrevistas a nuestros clientes potenciales para descubrir que les interesa o les preocupa realmente.
  2. Comprobar la suposición: En segundo lugar, debemos asegurarnos si el mercado al que se quiere vender realmente quiere lo que ofrecemos. Para esto necesitamos que las personas tomen un primer contacto con nuestro producto o servicio.
  3. Identificar los pasos a seguir: para saber qué medidas implementar, hay que saber cuáles son los pasos a seguir para llegar hasta nuestro producto, y cuántas veces la gente ha ido a consumirlo. Es muy importante medir los KPI de un producto para ser conscientes del momento en el que nos encontramos y saber si cumplimos los objetivos. 
  4. Aprender de los cambios realizados: hay que ir aprendiendo del contexto al que va dirigido el producto. Debemos aprender de los ajustes que se han ido ejerciendo en él y escuchar a todas las personas implicadas en el producto o servicio de manera indirecta o directa.
  5. Repetir: debemos volver a ejecutar todos los pasos anteriores, pero esta vez con el producto o servicio mejorado. De esta forma observaremos si las mejoras que hemos implementado son eficientes.