Software como servicio o SAS es usar pagos recurrentes o puntuales (como un servicio) aplicado al uso de un software o aplicación.
Un ejemplo muy conocido es Netflix, Spotify o Youtube Premium. Tu pagas un dinero al mes y ellos a cambio te dan un «servicio» que es aplicaciones y páginas web para consumir contenido de música o vídeo.
No debe confundirse con el modelo de suscripción. Muchos modelos de software como servicio o SAS tienen suscripciones habituales, pero otras pueden ser una transacción grande que garantiza un servicio para más tiempo.
Se trata de un modelo de incentivo distinto. En el pasado, el software se compraba una única vez. Pero esto era un problema ya que se trata de un producto el cual se tiene que actualizar, arreglar para prevenir hackeos, dar soporte a los clientes y encima mejorar con el tiempo: convertiendolo más en servicio que en producto.
Además problemas de compatibilidad y retrocompatibilidad hacían el versionado de software una pesadilla.
Por eso el software como servicio (SAS) surge como mejora del sistema. En muchos casos es superior, pero otros muchos no. Cambia el incentivo, para que los equipos tengan fondos constantes de dinero para destinar a las distintas áreas del desarrollo de los mismos.