La lente es la parte que lleva la luz al sensor de la cámara y lo protege. Un poco similar a nuestro ojo, la córnea es la parte de fuera que protege y enfoca la luz y la imagen la recibe la pupila o sensor de la cámara.
El objetivo de una cámara o lente puede tener diferentes aperturas y distancias focales. Esto actúa igual que unas gafas para mejorar una vista. Podemos tener cristales más espesos o curvados. Dependiendo de lo «gordo» que es, y de las capas que tiene y lo curvo que está el cristal: podemos tener imágenes distintas. Esto influye en el aspecto de la imagen final.
Algunas de manera manual (girando mecanismos) y otras de manera automatizada, cambiamos entre las lentes para obtener distintos estilos de vista. Los principales cambios son aperturas y distancias focales. Una apertura sería cuando de grande se abre la lente (como el ojo) y otro es cuanto doblamos la luz (moviendo los focos individuales).
Además, cada lente de cámara tiene su propio color propio. Los cristales usados en las lentes son de una extrema calidad y transparencia. Si no fuese el caso, el sensor pillaría una imagen borrosa. Pero no pueden ser totalmente transparentes y esos pequeños toques marcan diferencias entre lentes. Normalmente, es una pieza cara del equipo audiovisual, pero al tener casi todos los componentes mecánicos, suelen durar mucho más en el tiempo.