El beneficio básico es el beneficio que aporta un producto al ser utilizado y sus propiedades diferenciales. Este término sirve igual y posee el mismo significado para los servicios.
Cualquier producto, independientemente de su calidad, aspecto y naturaleza, para que sea un buen producto, debe dar ventajas y beneficios.
Actualmente, muchos productos y servicios son semejantes, poseen particularidades similares o se enfocan en las mismas necesidades. Por esa razón es necesario distinguir esos beneficios clave, que no solo proporcionan, sino que les caracteriza.
¿Cómo usar el beneficio básico en marketing y publicidad?
Se analiza el producto (o servicio) para encontrar sus ventajas diferenciales. De modo que el beneficio básico es uno de los pilares más importantes de campañas tanto de marketing como de publicidad. Comúnmente se convierte en el eje central que define dicha campaña.
A veces se realiza un brainstorming o se lleva a cabo un testeo sobre la percepción y experiencia de usuarios y/o audiencia. El objetivo detrás de estas decisiones es:
- Determinar las características destacables del producto.
- Averiguar las necesidades que hacen imprescindible dicho producto.
- Análisis de la competencia.
Para comunicar, tanto para marketing como para publicidad, de forma adecuada se deben tener en cuenta tres factores:
- Las características del producto: hay que ser realistas y potenciar el producto desde la sinceridad y los beneficios que ofrece y cómo los ofrece.
- Estado del consumidor: se deben de tener en cuenta las necesidades que se pretenden resolver con el producto y los deseos del consumidor.
- Destacar: se debe hacer ver el beneficio básico a través de una publicidad o marketing ajustados al producto. Con la intención de hacerlo destacar.
Ejemplo: un batido de chocolate sin azúcares añadidos. En la publicidad se establece como beneficio básico (o como uno de ellos) el sabor del batido: chocolate. Mientras que el beneficio básico del producto en sí es que no lleva azúcares añadidos.