Un vídeo corporativo es un recurso muy potente de comunicación. Si una imagen vale más que mil palabras, un vídeo es una historia muy muy larga.
Te permite diferenciarte de la competencia, mostrar tus productos, marca, clientes, etc. Todo en unos pocos minutos.
Además, es el formato que más atrae la atención del espectador, y mucho más sencillo que lo pueda recordar.
Todas las estadísticas nos confirman que el formato vídeo corporativo aumentan la tasa de conversión por explicar mejor y ser más realista que otro formato.
Una de las razones por las cuales nosotros insistimos tanto en usar vídeo es lo completo que es. En la «cadena creativa» producir vídeo se puede considerar una de las cosas más demandantes. Mucho más que realizar fotografía o un podcast (grabación de voz). Y esta complejidad es positiva. Si se consigue hacer el vídeo eficientemente resulta en el mayor aprovechamiento de tiempo y recursos posible. Es decir, un vídeo contiene ya una serie de fotografías audios y demás recursos creativos.
Significando que hacer una producción para vídeo implica que ya en el mismo proceso se pueden obtener todos los otros recursos (fotografías o audios). Es la esencia de lo que conocemos como «nebular volume model» y cómo podemos escalar la comunicación dentro de la empresa.
Es obtener la mejor fotografía, vídeo, audio y cualquier otro recurso sin tener que hacerlo por separado y con un coste elevado.