Sobre la estructura del mensaje
Todo mensaje, en marketing con objetivos comerciales u otros posibles entornos, necesita tener una buena estructura que haga posible que el receptor pueda comprenderlo. El orden y las palabras escogidas para comunicar son importantes, y se hacen estudios y diseñan estrategias en busca de una mejor comunicación posible. Por estas razones aprender cómo estructurar un mensaje puede ser la herramienta.
Durante años la expresión y comunicación se han estudiado desde antes del siglo XX. Incluso en libro de 1953, Communication and Persuasion por Carl Hovaln e Irving Janis, comienza a estudiar detenidamente la importancia de estructurar un mensaje. Desde entonces se investigan cuestiones y se innova en la estrategia, resultando en una amplia variedad de factores para tener en cuenta al comunicar.
Factores importantes para estructurar un mensaje
- Dirección del argumento: se puede argumentar la estructura desde una o dos direcciones. Por ejemplo, se puede hablar solo de los beneficios de un producto y servicio. Pero también se puede realizar una estrategia para hablar de los beneficios y a su vez avisar de inconvenientes (dos direcciones). Este factor depende a su vez de otros factores:
– La opinión de la audiencia.
-Crear hipótesis sobre las formas de actuación del cliente para responder correctamente.
-El nivel de educación de la audiencia y su entorno cultural.
-El tipo de servicio o producto.
-Si el receptor es un cliente leal, posible cliente o ninguno.
- El orden de la información presentada: el orden de la presentación de los elementos del mensaje. Por ejemplo saber en qué lugar del comunicado colocar la información más atractiva, cómo empezar y como acabar, etc.
El orden también depende del medio de comunicación que se utilice, ya que cambia la forma de comunicarse online u offline y sus derivados. No es lo mismo la comunicación en redes sociales que en un correo formal o una presentación presencial.
- Conclusión: el resultado del comunicado también es importante para tener en cuenta ya que puede variar según los objetivos. Puede que para un anuncio, por ejemplo, queramos que el emisor transmita la conclusión del mensaje a la audiencia. No obstante, también puede resultar interesante en una reunión de negocios, por ejemplo, que el receptor deduzca la conclusión.